Las noticias sobre la bolsa suelen ser las malas noticias o cuando como en el año 1998 la ganancia media de un inversionista era del 50%. Esto genera en la mente una visión distorsionada de un mercado que en esencia se regula como cualquier otro, por oferta y demanda.
Lo que una persona gana en bolsa se debe a que otra ha vendido algo a un precio que se iba a revalorizar con el tiempo. La ganancia se cubre con esa pérdida, y como hay comisiones por el medio ni siquiera es un juego de suma cero. Es un enjambre de decisiones que en la búsqueda del mayor rendimiento de un capital.
La tranquilidad del ahorrador al jubilarse
Ser copropietario de una compañía puntera es una forma de garantizarse participar en sus ganancias y hacer un buen negocio comerciando con las expectativas. Quien a principios de este siglo decidiera meter sus ahorros en Apple quizás habría obtenido más capital que con estos 16 años de trabajo.
La clave es ahorrar entre 100-250€ al mes, e invertirlo en una gran compañía, cada 3 meses ( 300€-750€)
Cuando el mercado se mueve a favor de una ilusión o una factible ganancia la psicología individual se ve sometida a una presión por mantener esa tendencia o el pánico por no ser el último que se agarre a ella. Los atavismos más primitivos del cazador primitivo parecen ponerse en marcha. Es entonces cuando el diálogo entre inversor y mercado entran en la parte más irracional de este dinámico sector.
El buen inversor sabe medir los tiempos y los riesgos. Toma decisiones estudiadas y responsables. Y por último lo más importante, aprende de todos sus errores.